Virtudes del WordPress
WordPress se ha convertido en el gestor de contenidos por antonomasia. Aunque la web se sigue llamando web, en ocasiones el cliente pide un WordPress porque éste ha traspasado las fronteras de lo técnico y ha llegado a los oídos del usuario común.
WordPress lo pone fácil para todos.
Fácil para cualquier usuario habitual de internet que sea capaz de llegar a una empresa de alojamiento y contratar el plan más sencillo. Muchas le ofrecerán instalar un WordPress sin tener que saber ni qué es una base de datos, ni cómo subir ficheros, …
Después, desde el propio panel de administración del WordPress podrá buscar e instalar themes e incluso plugins para ampliar sus prestaciones.
Fácil para los diseñadores que sin necesidad de aprender PHP se han vuelto autosuficientes para crear listados y páginas llegas de funcionalidades gracias a los plugins.
Fácil para cualquier programador aunque no esté especializado en PHP. En pocas horas entenderá la estructura de ficheros y se sentirá cómodo con la documentación de la API.
En cuanto se tiene un poco de soltura, en a penas unas horas se puede desarrollar un sencillo theme desde cero.
Fácil para la comunidad que ha encontrado documentación clara, un repositorio central con infinidad de plugins, que se ha mantenido compatible.
Sus virtudes más admirables
Uno de los aspectos más admirables de WordPress es su compatiblidad, su planteamiento inicial¹ era tan sencillo y tan versatial que podido evolucionar sin cambios drásticos y ésto destaca especialmente en contraste con otras plataformas.
Esa compatibilidad permite grandes saltos entre versiones sin pánico y ésto también es una tranquilidad para los desarrolladores² de themes y de plugins que pueden dormir tranquilos sin temor a que una nueva versión les traiga dolores de cabeza, parches a contrareloj, etc.
¹ me refiero a las versiones 3.x cuando comenzó a popularizarse, pues desconozco completamente como fueron sus versiones más embrionarias.
² me refiero a desarrollos convencionales que son la inmensa mayoría, no aquellos