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Tu alojamiento web es asunto muy serio

Recientemente he vivido cómo un cliente ha estado a punto de perder su dominio, el trabajo de un año y -en este caso concreto- sufrir además consecuencias legales-económicas… y todo ésto por descuido. Vamos a analizar la importancia de tu dominio en Internet y los efectos que puede tener perderlo.

Importancia de tu dominio en Internet

Tu dominio en Internet es el equivalente a tu dirección postal. Tanto si haces acciones para darlo a conocer directamente (tarjetas de visita, panfletos publicitarios, …) como si confías en el posicionamiento orgánico o en las campañas de publicidad online… al final esa dirección es donde irán tus clientes potenciales.

¿Mudarías tu tienda física sin colgar indicaciones de tu nueva ubicación? Pues la diferencia entre offline y online en esta ocasión es que si pierdes tu dominio y compras otro parecido no puedes hacer una redirección, ni puedes informar del traslado, … de pronto tus usuarios no te encontrarán y no pensarán que estás en otro lugar, pensarán que no estás.

Tu dominio en Internet es un alquiler y debes estar atento a su renovación o pasa a estar disponible para cualquier interesado. No importa quién seas, cuánto tiempo lo tuvieras, ni con cuánto derecho te creas a dispone de él (por ser el nombre de tu empresa), ni para qué quiera usarlo su próximo propietario (como si quiere mantenerlo en desuso). Y por ésto me pregunto muchas veces, dado el coste tan bajo que tienen, por qué se suelen renovar anualmente en vez de pagar varios años juntos y despreocuparse.

Importancia del alojamiento de tu web

En esta ocasión no me refiero a la importancia del alojamiento para el posicionamiento orgánico, que sería tema para un artículo en sí mismo, sino al hecho de que el servidor almacena tanto la parte visual (el código) como todos tus datos (artículos, productos, etc. que tanto te ha costado introducir y mantener al día). Aunque la mayoría de los alojamientos ofrecen un sistema de copia de seguridad por si ocurren incidencias, éstas no van a estar disponibles tras un impago.

El coste del alojamiento es algo superior a un dominio, pero tampoco es tan “prohibitivo” como para no pagar varios años juntos.

La anécdota de la que surge esta advertencia

En el caso que nos ocupa, la empresa de alojamiento es OVH y tiene la sana costumbre avisar con mucha antelación e insistencia de las caducidades. Concretamente avisan 90, 60, 30, 15, 7, 3, 2 y 1 días antes además del propio día del apocalipsis.

La dirección de correo electrónico a la cual llegaban estos avisos es una cuenta principal de consulta diaria del cliente, sin embargo éste no les daba importancia. Aunque recordaba haber rellenado él sus datos personales y recordaba haber introducido sus datos de pago, todo ésto le “sonaba muy informático” y se despreocupaba aún sin saber si alguien más estaba recibiendo esos avisos y pensaba encargarse de las renovaciones.

Entre que la web dejó de funcionar, me consultaron qué podía estar pasando, investigué la configuración de DNS (en principio no podía sospechar la realidad) y se pusieron en contacto con la empresa, pasaron 24 horas, a mi parecer y a mi temor, tiempo suficiente para que hubieran considerado que la cuenta estaba caducada y hubieran hecho limpieza de toda la información asociada (adiós copias de seguridad).

Al final se pudo revertir y volvieron a tener su página web como si nada hubiera pasado.

Los problemas legales-económicos en este caso se hubieran debido al hecho de que esta página representa un proyecto de investigación con fondos europeos y parte de sus obligaciones para recibir el dinero es tener una página web donde comunicar su misión, sus avances, noticias, eventos, etc. ¿Qué hubiera pasado si de pronto todo desaparece?